‘El gerente de recursos humanos’: un involuntario viaje a la redención

recursos2El gerente de recursos humanos de la empresa panadera más importante de Israel atraviesa una fuerte crisis personal: odia su trabajo, su matrimonio terminó y cada vez le cuesta más trabajo pasar tiempo con su hija. Una de las víctimas de un ataque suicida en las calles de Jerusalén lleva varios días en la morgue sin ser identificada, un reportero amarillista investiga y descubre que la mujer era una trabajadora de la panadería y que ésta prácticamente se mostró indiferente ante la muerte de uno de sus trabajadores.

Cuando el reportero amenaza con escribir un artículo difamatorio que dañaría gravemente la imagen de la empresa, la directora general, en un intento por minimizar los daños, le asigna al gerente de recursos humanos la misión de investigar qué fue lo que sucedió realmente, además de hacerse cargo de repatriar a la mujer para llevarla de vuelta a su natal Rumania donde puedan darle un funeral y un sepulcro dignos.

La indiferencia, la absurda burocracia gubernamental, la barrera del idioma y demás dificultades del viaje harán que el gerente reflexione acera de su situación e intente reconciliarse consigo mismo y darle un nuevo rumbo a su vida.

El gerente de recursos humanos comienza por ser una película cruda pero que poco a poco presenta situaciones más agradables, un tanto sensibles, pero sin hacer a un lado toda la frialdad que se manejó en un principio. El viaje que realizan los protagonistas en búsqueda de la redención, de utilizar a la muerte como medio para poder reencontrarse con la vida, con uno mismo, está muy bien logrado, sobre todo por las actuaciones (Mark Ivanir hace un gran trabajo), a pesar de que por momentos algunas, sobre todo de los rumanos, parecieran fuera de lugar.

El director Eran Riklis retrata varios aspectos de la sociedad con los que deja ver claramente que no está de acuerdo, como la dificultad de conseguir un buen trabajo a pesar de tener una carrera, la indiferencia con la que las grandes empresas tratan a sus empleados, la migración, la división territorial, la burocracia gubernamental o la insensibilidad de las personas; todo esto sin afán de caer en la crítica pero sí con la intensión de reflexionar.

Aunque es una película que se balancea constantemente en la línea que la define como un drama o como una comedia, la historia logra por momentos conmover al espectador. Da la impresión de que se hubiera podido manipular los sentimientos un poco más, pero es la misma inestabilidad del filme la que no permite que se logre por completo, sin embargo hay que agradecer que no se deja llevar por clichés ni cae en lo cursi. En general es una buena película, disfrutable.

Por Luis Arredondo.

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