El Fiuler y los comunistas nazis

La encuentras como: El Clon de Hitler (2003)

Pregunta por ella así: “Quiero un videohome que no sea el de Niurka o “¿Tienes alguna en la que Flavio Peniche no mate a los extras?”

Valor agregado: El exquisito histrionismo de Flavio Peniche & paradisíacas locaciones en la Bondojito

Probablemente no exista figura más publicitada y conocida que la de Adolf Hitler. Sobra mucho por decir quién es este cabrón y qué es lo que hizo. Hitler y su partido han sido protagonistas de innumerables cintas de serie B o incluso del malhabido serie Z. Después de más de 50 años, el fascismo continúa siendo un concepto rentable para explotación comercial o fuente de reflexión sobre el devenir de la humanidad.

Estados Unidos y un pequeño grupo de sionistas se han encargado (medios mediante) de lograr convencernos de la existencia del Diablo en la persona de Hitler; por otro lado, hay pequeñas células que buscan reivindicar su ideología, presentándolo como un buen modelo político, económico y social (quitemos lo de matar judíos). Lars Von Trier se hizo persona non grata en el pasado Festival de Cannes por decir que “simpatizaba con Hitler. Qué estúpidos son si no se habían dado cuenta. Sin embargo, México ha dicho poco en esta cuestión limitándose a una “fuerte condena” de ese personaje y sus actos durante la Segunda Guerra Mundial por parte del entonces presidente Manuel Ávila Camacho.

Desde entonces, la figura de Hitler en la cultura mexicana no había tenido un papel que sobrepasara aquel que tenía a escala global, hasta el 2003, año en el que no sólo llegó el final de la trilogía de El Señor de los Anillos (2003), sino que llegó…wait for itEl Clon de Hitler en glorioso videohome.

Premisa a huevo. Absurdo histórico

IvánEl Ruso , interpreta a El Hitler… y así inicia la hecatombe de paradojas. La cinta parte de un supuesto documento confidencial del servicio de inteligencia israelí el “Moshad” (como lo ponen en la cinta), en el que se dice que los nazis lograron la clonación de Hitler en forma de varios niños (uno de los tantos milagritos científicos que les cuelgan). En este momento se abandona el supuesto hecho y se pasa a la suposición: uno de estos niños debió de haber nacido en México (¡a huevo!).

¿Hitler pellizcaba pezones? Iconoclastia Tropical

De aquí parte la estúpida/surreal/mágico/cómica premisa de la cinta, en la que los enemigos de El Hitler han dejado de ser judíos y polacos, y se han convertido en tiras y cholos. El “fiurer” ahora tiene dos hijas, que son como los tacos de cabeza: corrientes pero sabrosas; su esposa parece su madre y sus hijas parecen un par de pirujas de su harem. Sus aliados no son los maquiavélicamente inteligentes Goebbels  o Göring; aquí son intercambiados por un pusilánime adicto a la mona apodado Fierritos y un gastrópodo apodado El Gordis o La Marrana.

La mano derecha del “fiurer” en la cinta no es un brillante o sádico militar, sino una pollera vidente que porta las tijeras cual metralleta, y peróxido en el pelo cual experimento fallido de Alfredo Palacios. Aunado a esta jauría fantástica, se une el inigualable Flavio Peniche (inigualable porque nadie puede matar a un tipo de la manera tan estúpida como él lo hizo) en el papel de un carnal que se dedica a usar a la hija de El Hitler para diversas tranzas.

En esta cinta, la dominación mundial se ve reducida a una dominación barrial, en la que el cholo es el enemigo, el cholo daña la economía de la clase que protege El Hitler (la clase pobre) y pretende aniquilarlos. Tanto judíos como cholos representan una amenaza proveniente de una minoría social para ambos “fiurers”. Sin embargo, como bien apunta uno de los tiras en la cinta, este Fiuler más bien parece “un pinche Robin Hood”, protegiendo el interés de los pobres y de los jodidos. Cosa que choca con la ideología fascista clásica, pero recuerde, amable lector, que esta cinta se limpia el culo con el “fascismo de libro o académico”.

El melodrama del videohome

El personaje de El Hitler se encuentra pobremente desarrollado (para estos estándares, eso realmente no nos interesa), pues Iván, El Ruso, lo interpreta con agresividad tosca, como queriendo emular al Hitler de los videos dotándolo de cierta complejidad psicológica al fantasear que éste tiene relaciones con sus hijas para posteriormente “cogerse salvajemente” a su esposa (que más bien parece su mamá, touchée führer!). Muy probablemente IvánEl Ruso, aplicó El Método en su actuación para regalarnos esa complejidad. Aún no comprendo cómo pudieron ignorarlo en la entrega de las Diosas de Plata o los Premios TVyNovelas de aquel año.

¿No te bastó con El Flaquito, Flavio? ¿Cuántos más?

Mención aparte merece la inolvidable caracterización de Flavio Peniche, quien le hace mella a su hermano, el aguado galán de telenovelas Arturo Peniche. Su interpretación se regodea en el tono de hablar cantadito del mexicano y hace de éste una sutil arma de seducción y serenidad que dan un contrapeso dramático a la situación de El Hitler, siendo su papel clave para el desarrollo narrativo de esta red de paradojas y contradicciones. Cabe mencionar que Flavio no mató a ningún extra en la realización de esta película.

La cinta representa una degradación y una distorsión total de la mitología fascista alemana y es frita en un pesado aceite de mexicanización grasienta, en la que la cultura del videohome inunda, por una parte, una pieza clave de la historia contemporánea, y por otra, uno de los mitos más grandes surgido de esta misma pieza (el mito de Los niños del Brasil, ya llevado al cine con Gregory Peck y Laurence Olivier en 1975). En esta abigarrada versión, Hitler no utiliza hornos, usa anafre, y no sólo hace jabón, hace jabón Zote.

¡Hail Fiühruler!

Por JJ Negrete

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