El padre Ángel Berriatúa asegura haber encontrado, tras un largo y tedioso estudio, un mensaje encriptado en el libro del Apocalipsis, que le ha dado una increíble revelación: el Anticristo nacerá la noche del 25 de diciembre de 1995 en Madrid para dar comienzo al fin del mundo. El sacerdote, convencido de que debe impedir el nacimiento del Anticristo, intenta por todos los medios ponerse en contacto con el Demonio para encontrar el sitio exacto donde nacerá su hijo. Su inexperiencia lo lleva a aliarse con José María, un aficionado al death metal, y con el profesor Cavan, el conductor de un famoso programa de ciencias ocultas. El trío se embarca en una carrera contra el tiempo en un Madrid envuelto en olas de muerte y violencia donde todo parece indicar que la llegada del anticristo está más cerca de lo que esperaban.
El director bilbaíno Álex de la Iglesia muestra en su segundo largometraje una comedia de terror que con el tiempo ha logrado convertirse en un clásico del género y del cine español de los últimos años. De la Iglesia toma distintos aspectos del catolicismo y los plasma brillantemente en una historia muy inteligente que pudo haber ofendido a los más puristas con las situaciones presentadas, pero gracias a su característico humor negro logra hacerlas pasar un tanto desapercibidas.
El padre Ángel, un sacerdote y catedrático completamente entregado a su fe y a la religión, está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de salvar a la humanidad de su destrucción total. El cura, quien en su vida no ha roto un plato, renuncia a todos sus votos e intenta desesperadamente hacer todo el mal posible.
Ese conflicto interno que tiene el sacerdote de lucha contra todos sus principios para lograr un bien mayor es en lo que más se centra la película de De la Iglesia. Un sacerdote que intenta ignorar la vocación con la que ha vivido toda su vida para intentar salvar un mundo que ni siquiera está enterado de lo que está por sucederles.
Durante las primeras secuencias de la película lo vemos robar a los pobres, maldecir moribundos, incluso llega a asesinar con tal de hacer creer al Demonio que está de su lado para poder invocarlo; eso sí, con cleriman, alzacuellos y crucifijo bien puestos.
Un sacerdote dispuesto a engañar mujeres inocentes, asesinar señoras, estar en medio de peleas, secuestrar, cargar y disparar una escopeta, alterar el orden público; volverse una mala persona con tal de encontrar a su enemigo y, con la ayuda de Dios (contradiciéndose inocentemente), evitar un reinado de caos y destrucción.
De la Iglesia toma muchos de los simbolismos de la Iglesia católica y bajo la explicación de “Al Diablo le gusta burlarse de Dios” cuenta una historia con claras referencias a la tradición cristiana pero a manera de sátira y crítica desde la perspectiva del mal.
El hijo del Demonio nacerá un 25 de diciembre (mismo día que el nacimiento de Jesús), en un lugar inapropiado para el hijo de una deidad (no diremos cuál es para no arruinar la trama); su llegada significará un cambio para el mundo como lo conocemos (el nacimiento de Jesús era la salvación, el del hijo del Diablo es la destrucción) e incluso hay tres hombres que están desesperados por encontrarlo (una referencia poco común a los reyes magos).
El padre Ángel, junto con sus secuaces, toma la batuta, al igual que cuando precede una misa, y realiza un ritual de invocación al demonio dentro de un pentagrama donde comulgan hostias hechas de pan Bimbo remojadas en la sangre de una virgen mientras queman pergaminos, sostienen un cuchillo y hacen alabanzas para invitarlo a manifestarse de algún modo.
Y la referencia más clara es esa negativa de la gente a creer lo que sale de la boca de un religioso. Es complicado creer todo el choro espiritual explicado por el padre Ángel acerca del nacimiento del Anticristo, pero por el simple hecho de ser una persona dedicada a la religión todos lo tiran de a loco y lo ignoran, inclusive si hay pruebas cada vez más contundentes.
La película cae también en varios clichés referentes a la satanización del metal por parte de la Iglesia católica por las letras y música, la apariencia de sus seguidores (el padre Ángel entra a la tienda de metal queriendo pecar y se hace amigo de Jose María por su fea y descuidada apariencia), sus creencias, los mensajes ocultos en las canciones tocadas al revés (inocentemente el sacerdote busca discos de Napalm Dez (Napalm Death), Iron Meiden (Iron Maiden) y Hace de Cé (AC/DC)), además de los conciertos y lugares donde se reúnen los fans del género.
El Día de la Bestia es una gran película que sirvió para que De la Iglesia siguiera puliendo su estilo en una carrera en acenso, además de darle fama internacional a su ya actor fetiche Santiago Segura y empezar una importante relación profesional con Terele Pávez. Una película obligada, definitivamente un clásico.
Por Luis Arredondo
