‘El destino de Júpiter’: La ambición de los pobres

Después de casi 15 años, los hermanos Wachowski parecen haber perdido la batalla contra sí mismos, definitivamente no por falta de ambición sino por falta de visión. Tomando como argumento la falta de originalidad propuesta por los grandes estudios, Andy y Lana Wachowski han tratado de empujar las expectativas y las nociones que tenemos de una superproducción hollywoodense, intento que resultó loable en su intrigante pero fallido Cloud Atlas (2012) y que ahora parece ver culminada su labor en el entretenido descalabro El destino de Júpiter (Jupiter Ascending, 2015).

En su nueva cinta, los Wachowski presentan la historia de la joven de ascendencia rusa Júpiter Jones (se dice que prima de Lupita) que por azares genéticos resulta ser la dueña legítima del planeta Tierra, situación que la pondrá en medio de la disputa fraternal de los Abrasax, una poderosa dinastía intergaláctica formada por tres hermanos, cada uno más blanco y bonito que el anterior. Nuestra querida Júpiter, interpretada con frescura por la bella Mila Kunis, será ayudada por un licántropo galáctico al que le han cortado sus alas (sí, así como se lee) interpretado por el fetiche pop, Channing Tatum con orejitas puntiagudas, para beneplácito de muchos perversitos.

Atiborrada de situaciones que parecen abusar sin piedad del sobado suspension of disbelief y que por momentos la hacen francamente risible, la cinta de los Wachowski nunca deja de ser ágil en su presentación, pero su cadencia le hace crear profundos baches narrativos que se ven intensificados por diálogos torpes, formuláicos y en varios momentos, dolorosamente cursis.

Amén de un recargado y abigarrado diseño de producción que trae a la mente los estridentes pecados visuales de Meteoro (2007) y una mal nutrida “originalidad”, la mayor debilidad de la película radica en su endeble estructura y en el pobre desempeño de su reparto, particularmente el oscareable Eddie Redmayne, que se inspira en el Gary Oldman de El quinto elemento (The Fifth Element1997) para hacer un villano campy que con sus casi cómicos exabruptos y su pose de faraón queer, se alza como el ícono más cercano a la esencia de la película.

Un divertimento vacuo que pretende erigirse como una “inteligente” alegoría post capitalista sobre la vanidad y la individualidad pero que se diluye en un cóctel de mal gusto, exageración y abrasiva idiotez, sostenida en la química entre (suspira) Mila Kunis y (suspira) Channing Tatum. Los Wachowski deberán entender que la originalidad debe venir acompañada de sensibilidad e inteligencia, de otra manera, quedamos únicamente con retazos de mitología e imaginería caduca que abrazan delirantes su propia estupidez.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

    Related Posts

    ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’: La oscura nobleza
    Primer tráiler de ‘Bad Moms’
    Tom Hanks pierde todo en ‘A Hologram For the King’
    Detrás de cámaras: ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’
    12 nominaciones al Oscar para ‘El renacido’
    Nuevo tráiler de ‘¡Salve César!’