Distrital | ‘Audiencia pública’: un ejercicio anecdótico

Las nociones de justicia y democracia varían de una cultura a otra. En Estados Unidos, la idea de participación ciudadana es la caracterización más simple de las audiencias públicas,  en las que los residentes de una comunidad  pueden presenciar y formar parte de las decisiones políticas y sociales que ahí se discuten.

Audiencia pública (Public Hearing, 2012), del director estadounidense James Kienitz, es un documental que durante 110 minutos sumerge al espectador en una audiencia pública en la que se debate la ampliación de un centro comercial Walt Mart situado en una pequeña comunidad rural newyorkina.

El documental se presenta como la recreación de una audiencia pública celebrada en un pueblo estadounidense y que está basada en la transcripción pública que el director bajó de la red. Pero más que textual, el documental es una representación plástica de los miembros de la reunión y su interacción en comunidad.

El filme está constituido a partir de la idea más básica de un documental: funcionar como un registro fiel de un hecho concreto. En este sentido, el director recrea la presencia del aparato burocrático, representado por los agentes corporativos del centro comercial y los miembros del comité de acuerdos, y los confronta con los ciudadanos, quienes expresan opiniones individualistas sobre el tema que ahí se discute.

Una virtud del documental es que está construido para que el espectador forme parte de la experiencia de encontrarse entre los miembros de una audiencia pública. Así, la tensión, desesperación y la abigarrada lectura que cada persona, burócrata o ciudadano, expresa en la sala incentivan el movimiento al ritmo de la desesperación y el estrés inherente en una discusión pública.

El documental funciona como el recuento de una anécdota perfectamente ilustrada en formato blanco y negro que logra insertar a la audiencia dentro de ese ejercicio democrático en el que la comunidad estadounidense discute sus asuntos públicos.

Más allá de hacer más familiar la figura de la audiencia pública, el filme se limita a presentar el hecho en sí  mismo pero no profundiza en nada más allá de la experiencia de ser parte de un ejercicio comunitario, que en gran parte y sin un contexto explicativo, podría parecer ajeno y engorroso.

Los esfuerzos para retratar a los personajes que participan en esa audiencia son precisos. El director retrató con pulcritud no sólo detalles como el aspecto, el acento o la actuación de sus personajes, también los provee de elementos gráficos suficientes a través planos cerrados y close ups que reflejan actitudes específicas.

En ese sentido, se puede apreciar la calidad y capacidad de James Kienitz para retratar con fidelidad un hecho concreto y de llevar a las audiencias a ser parte de ese experimento llamado audiencia pública.

Sin embargo, el documental se dibuja muy etnocéntrico debido a que la intención del director es únicamente presentar una figura democrática del sistema de justicia estadounidense, pero no profundiza en el conflicto en sí ni desarrolla contenidos, pues se limita a la recreación.

A pesar de sus grandes logros estéticos y cinematográficos, Audiencia Pública se queda en un interesante ejercicio anecdótico sobre un recurso democrático estadounidense que se limita a ser el simple retrato de un hecho.

Por Alejandra Arteaga (@adelesnails)

Trailer for Public Hearing from jnkw on Vimeo.

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