Diario de los Cabos: De acuarelas y falsos documentales

El segundo día de actividades del Cabos International Film Festival estuvo marcado por un documental que juega a dejar de serlo y una ficción que busca hacer exactamente lo contrario, mientras sostiene un pollo de goma en la mano. También, un poco del milenario arte pictórico japonés se hizo presente. Esto fue lo que vimos:

  • The Tale of Princess Kaguya (Kaguyahime no monogatari) | Dir. Isao Takahata

El maestro de la animación japonesa Isao Takahata (La tumba de las luciernagas) rinde homenaje al arte japonés adaptando una de las historias más antiguas de su país, imitando el estilo pictórico de sus antepasados, la película parece haber sido pintada con acuarelas con espíritu casi impresionista.

The Tale of Princess Kaguya cuenta la historia de un hombre humilde que encuentra a una pequeña niña dentro de un tronco de bambú y decide criarla como si fuera su hija junto a su tierna esposa. La niña se convierte rápidamente en una bella jovencita llamando la atención de todo el país y de varios nobles que desean hacerla suya. Aunque lejos de las mejores producciones del famoso Estudio Ghibli, The Tale of… logra ser una experiencia llena de sensibilidad gracias a la dirección de Takahata. Es un recordatorio de lo fugaz que puede ser la belleza en este mundo, tan corto como una pincelada.

  • El regreso del muerto | Dir. Gustavo Gamou

En teoría el motor que mueve El regreso del muerto es el arrepentimiento, sin duda es el sentimiento que provocó en la mayoría de los asistentes que abandonaron la proyección de la cinta en el segundo día de actividades. Gustavo Gamou sigue el libreto más conocido de la docuficción que se recarga en la miseria mexicana y parece estar volviéndose popular en el cine nacional, sin embargo El regreso del muerto carece de la frescura en su montaje de algo como Navajazo, una cinta similar en aspiraciones, para funcionar del todo. El personaje central de la película, un ex-criminal/drogadicto arrepentido, tampoco tiene el carisma suficiente para quedar plasmado en el subconsciente del público a largo plazo. Cuando el momento de más emoción durante la proyección para la audiencia es el sonoro ronquido de uno de los presentes, algo no está funcionando.

  • What We Do in the Shadows | Dir. Jemaine Clement y Taika Waititi

El vampiro parece no tener lugar a donde moverse, su presencia ha recorrido todo el espectro, de dar miedo y ser una figura de atractiva sensualidad pasó a ser el ajonjolí de todos los moles. Los directores Clement y Waititi -también protagonistas y escritores de la película- proponen llevarlo al absurdo cómico con un falso documental. Aquí el mito se convierte en risa y los afilados colmillos en una colorida nariz de payaso.

Tomando como pretexto a tres antiguos vampiros que intentan sobrevivir a la vida moderna en Nueva Zelanda, los realizadores reflexionan sobre el verdadero peso del personaje en la cultura popular, inspirándose en trabajos como Drácula: muerto pero feliz (Dracula: Dead and Loving It, 1995) o La sombra del vampiro (Shadow of the Vampire, 2000). Aunque es notorio el esfuerzo de los directores por hacer reír, los chistes caen en ráfaga, este falso documental encuentra sus mejores momentos cuando el amor que profesan por el vampiro sus creadores es puesto a un lado para dar paso al ridículo, como esa manda de hombres lobo que no puede evitar ir por la varita en medio de una riña.

¿El humor es bobo? Claro, también es efectivo.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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