Crisis, cine contra los opioides

Unas líneas antes de los créditos de Crisis (2021) intentan sintetizar –por si no había quedado claro hasta ese momento– la urgencia con que la película busca concientizar al público sobre el tema que aborda; durante el 2020 más personas murieron a consecuencia de su adicción a los opioides que durante toda la Guerra de Vietnam.

El segundo largometraje de Nicholas Jarecki, tras Mentiras mortales (Arbitrage, 2012), busca condensar en toda su extensión y pormenores la forma en que la crisis de opioides ha infiltrado cada uno de los niveles de la sociedad estadunidense, además de poner el ojo sobre las posibles razones por las que el combate contra la misma no ha avanzado lo suficiente.

Con ese objetivo todo abarcador, Jarecki, también guionista del proyecto, concentra la acción en tres historias: un profesor universitario, el Dr. Tyrone Brower (Gary Oldman), que descubre las preocupantes consecuencias a largo plazo de un medicamento próximo a salir al mercado; una ex adicta a los opioides, Claire Reimann (Evangeline Lilly), cuyo hijo está vagamente relacionado con el tráfico de fentanilo –un opioide–; y un policía, Jake Kelly (Armie Hammer), quien trabaja infiltrado en una red de traficantes y tiene una hermana adicta a la heroína –una droga opiácea–.

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Aunque Crisis no es especialmente profunda en sus ideas, Jarecki no tiene la intención de analizar el fenómeno a fondo sino subrayar la inmediatez con que debe ser combatido. Su acercamiento está a medio camino entre Alto impacto ( Crash, 2004) que a Tráfico (Traffic, 2000), ambas ganadoras de varios premios Oscar. Crisis no está pintada con brocha gorda a la Paul Haggis, ni es cerebralmente ambigua como la cinta de Steven Soderbergh.

Los momentos más efectivos de Crisis se dan en la historia protagonizada por Gary Oldman, quizá por la dignidad que el actor inglés imprime a su personaje, el empático predicamento en que se ve envuelto o como el segmento se mueve a la manera de los thrillers de conspiraciones en la línea de El informe Pelícano (The Pelican Brief, 1993). Durante años el Dr. Brower se ha beneficiado del dinero que reparten las farmacéuticas para “incentivar” su investigación, su participación dota a las empresas de una aura de aprobación que acelera los trámites con las autoridades correspondientes.

Las preocupaciones del personaje de Oldman revelan cómo el sistema está arreglado a beneficio de los grandes corporativos, deseosos de obtener ganancias mientras disfrazan sus cínicas intenciones mercantiles con humanismo. La búsqueda del científico por divulgar la verdad sólo pone en evidencia cómo el Estado y las empresas no son sino engranajes del mismo sistema. Uno creado para perpetuar el poder del capital, cada vez más alejado de la gente.

Crisis es una llamada de alarma (algo rudimentaria y deseosa de participar en la temporada de premios) que busca poner en la mirada de la arena pública un problema que asesina todos los días y cuya solución luce distante.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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