Con el amor, no se negocia: una película con Los Temerarios

dosdosEn el botadero la encuentras como: La mujer de los dos (1996)

Pregunta por ella así: Estaba viendo la Playboy de Sissi Fleitas y quedé algo tieso, ¿tiene algo para alivianarme?

Valor agregado: Roberto Palazuelos dándole un íntimo concierto unplugged a unos maniquíes; saber que el chofer de Adolfo Ángel se llama Milos. No Amador, Milos.

Hay ídolos del pueblo que tienen pies de barro. Los Temerarios no son de esos. Lo de los hermanos Adolfo y Gustavo Ángel Alba es conquistar al respetable con un par de sintetizadores y romance; la entrega de su público es honesta, más cuando se trata de agarrar pareja y bailar de a cartoncito de cerveza. No por nada armaron “el baile masivo más grande de la historia de México” en la densa polvareda del Deportivo Los Galeana.

Músicos con menos popularidad han intentado cruzar al mundo del cine –¡Hola Vanilla Ice!–, por eso no resultó extraño que en 1991 se dieran un remojón de celuloide en Lola La Trailera 3 – El gran reto para deleitar a los enamorados azotados con su clásico No dejo de amarte, o que en 1993 protagonizaran Sueño y realidad bajo las órdenes de Raúl Araiza.

Fue hasta 1996 que la consagración cinematográfica llegó con La mujer de los dos y su confusa portada. Al verla, podrían pensar que se trata de una fraternal lucha por el corazón de una dama, pero no. Los Ángel se enamoran, sí, pero de dos mujeres diferentes, claro: Adolfo pelea por los favores de una despampanante y misteriosa güera (Elizabeth Katz, de infarto), empleada de la Cruz Roja, atada legal y violentamente a un mafioso (Wolf Ruvinskis, malo, malote, rudísimo); por su parte, el inocente Gustavo le cede, ofrenda y entrega su corazón a una mesera del Freedom adicta al polvo blanco (Ariane Pellicer) e intenta sacarla del mundo de las drogas. Al mismo tiempo, un antiguo miembro de la banda con gesto permanente de maniaco (Roberto Palazuelos, en plan de junior) trata de cobrarse una vieja afrenta.

Ah, sí, el resto del grupo (Carlos Ábrego, Fernando Ángel y Mario Alberto Ortiz) disfruta de acostones fáciles con reporteras, deportes extremos, espectaculares carreras de coches —con choques sacados de material de archivo— y picarones asaltos con prostitutas de buen corazón. Que no se diga que el éxito no salpica a todos.

Como sus mejores canciones, la simpleza y el romanticismo se destilan por partes iguales en La mujer de los dos. Los Temerarios saben que lo suyo no es la actuada y no se complican. Incluso, por momentos, sus diálogos parecen haber sido grabados en un estudio, lejos de la presión traicionera de la cámara. La gente viene por canciones y por ellos no queda. Pasión y sentimiento no faltan, desde Todo me recuerda a ti a Mi vida eres tú, pasando por La mujer que soñé y Sin ti moriría. Puro hit de esos para sudar la mano.

Los que se complican son los directores y guionistas Adolfo y Gilberto Martínez Solares, ambos de carrera larga en el cine mexicano de bajo presupuesto de los 90. Su libreto, lleno de subtramas y situaciones poco verosímiles, rebosa de inocencia y buenas intenciones, con un dejo de sensualidad tan necesario en una película con Los Temerarios. Como esa escena en que Gustavo le hace el puerco y sucio amor a la adicta en un jacuzzi, mientras un par de coronas no dejan de meterse a la toma. (La cervecera patrocinó parte de la filmación y sus productos aparecen de forma inesperada a lo largo de toda la película, ¿en una pelea callejera? Check, ¿a mitad de una tensa reunión de negocios? Check).

Asimismo, se emplean a fondo buscando formas de mostrar lo buenos que son sus muchachos protagonistas. Estrellas de buen corazón y poco rencor, incapaces de asesinar aun después de recibir una bala en el hombro o ver que las drogas y un padrote son más fuertes que las llaves de su alma. Por eso, cuando Adolfo Ángel dice “Yo no negocio con el amor” con ridícula convicción, el momento se siente sincero; para ellos el amor lo es todo. La película, su vida y las canciones son en realidad lo mismo.

¿Ya les dije que sale Hugo Stiglitz y que es el encargado de la segunda unidad de filmación? Cuándo te veré otra vez, mi vida, cuándo…

Por Rafael Paz (@pazespa)

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