‘Comando Especial 2’: La repetición de la originalidad

La popularidad actualmente suele definirse en función de la repetición. Temas, ideas o estilos que buscan en un innovador reciclaje la llave del éxito inmediato, una serpiente que devora su misma cola con frenética hambre y que se alimenta constantemente de sí misma. Esta parece ser la esencia del nuevo filme de esa anomalía creativa conocida como Phil Lord y Chris MillerComando especial 2 (22 Jump Street, 2014), la secuela del refrescante reboot de la serie de TV de los 80, 21 Jump Street, en la que un intrincado, pero digerible laberinto conceptual se desdobla con hilaridad.

El filme comienza con un recap televisivo del capítulo anterior, Comando especial (2012), estableciendo su tema central con juguetón cinismo: la originalidad actual radica en no ser original y admitirlo con brío. Así es como comienza una retahíla de chistes y juegos metaficticios que hacen referencia a la futilidad de la secuela, al freno creativo que impone la industria y cuyos críticos autorizados parecen ser Lord y Miller.

En esta ocasión, los agentes Jenko y Schmidt son enviados a la universidad, donde deberán encontrar al traficante de una peligrosa droga, pero en un hábil giro, esto resulta ser lo menos importante del filme. Lord y Miller, quienes hicieron de un comercial de juguetes un hiperactivo manifiesto de individualidad en La gran aventura Lego (The Lego Movie, 2014), hacen del caso policiaco una nimiedad narrativa, enfocándose en la relación afectiva entre Jenko (Channing Tatum) y Schmidt (Jonah Hill), amigos que adoptan el lenguaje, dinámica, problemática y proxémica de un auténtico matrimonio o noviazgo.

El patetismo inherente en esta situación resulta perfectamente creíble por el impresionante desempeño de la dupla protagonista. Jonah Hill se decanta por la personalidad incómoda y cínicamente sensible para representar al cerebral y pretencioso Schmidt, que desde luego embona a la perfección con el círculo intelectual de la Universidad, hallando un romance con una bellísima estudiante de artes, mientras que Channing Tatum expande su rango, con una comedia física tremendamente hábil y exhumando una sublime idiotez que lo hace una superestrella en el futbol americano, encontrando a otro narciso imbécil en Zook (Wyatt Russell, hijo de Kurt), con el que puede hacer ejercicio frenéticamente y parrandear durito.

Utilizando un humor basado en asociación libre, selecta aleatoriedad y un absurdo casi dadaísta, Comando especial 2 es un cómico uróboros pop que se aleja de la convención hollywoodense a través de una ácida burla, entretenimiento hecho por gente “vieja” que trata de infiltrarse en el enigmático mundo del millennial, montado en el pedestal del marketing contemporáneo. Siendo así, estamos condenados a un estridente estancamiento, tal como los agentes Jenko y Schmidt.

 Por JJ Negrete (@jjnegretec)