Es temporada electoral en Estados Unidos y el cine norteamericano no dejó pasar la oportunidad para influir en el electorado. No importa lo que diga el director John Stockwell, cuando hace como pato, camina como pato y se ve como un pato, seguramente es un pato: en este caso, propaganda pro-Obama.
Cazando a Bin Laden (SEAL Team Six: The Raid on Osama Bin Laden/Code Name: Geronimo, 2012) no es Zero Dark Thirty, la nueva película de Kathryn Bigelow, aunque ambas cintas sí usan una frase publicitaria similar que las relaciona con The Hurt Locker –ganadora del Oscar a Mejor Película en el 2009–.
Como su nombre lo indica, Cazando a Bin Laden es la historia del grupo de personas que buscó, encontró y eliminó al enemigo número uno de los Estados Unidos.
La cinta busca humanizar y, hasta cierto punto, justificar el proceder de los equipos de inteligencia. Aquí no hay críticas al intervencionismo de EU en Medio Oriente, la frágil mente de los combatientes o a la orden de eliminar y no capturar al líder de Al Qaeda. Si lo que buscan era análisis y vituperios, están tanteando en el largometraje equivocado.
Para lograrlo, Stockwell y el guionista Kendall Lampkin se enfocan en el sufrimiento de los soldados. Uno, por ejemplo, es engañado por su esposa –con un soldado de la misma compañía; dios, nunca lo vi venir–, otro perdió a su mujer en el 9/11, hay uno que debe dejar a su familia por el bien de la nación; etc. El meollo del asunto es dejar claro que se sacrifican por su país sin exigir nada a cambio. Son unos verdaderos patriotas, chingao.
La propaganda comienza a colarse cuando ellos mismos hacen referencia a que la operación militar será considerada una maniobra para asegurar la reelección de Obama. En una de las secuencias, cierto personaje pregunta al respecto y recibe como respuesta “el presidente lo hace por el país, no por unos votos”.
Para reforzar el punto de la propaganda, hay que decir que la cinta se estrenará tan solo dos días antes de las elecciones del otro lado del Río Bravo y se verá por televisión para asegurar una mayor audiencia. Mientras tanto, en territorio nacional Cazando a Bin Laden se estrenará con 350 copias, ¿estará tan interesado el público mexicano en el tema?
Tampoco se trata de rasgarse las vestiduras por la propaganda disfrazada de película, de hecho, ésa es una de las tradiciones más grandes del cine norteamericano. Y políticos de todo el espectro tratan de una u otra forma jalar agua a su molino. Obama no iba a ser la excepción.
Dependerá de cada quien abrazar o rechazar el mensaje del panfleto.
Por Rafael Paz (@pazespa)
