Catherine Breillat: El erotismo de ‘Barba azul’

La directora de cine y escritora francesa Catherine Breillat es reconocida por sus largometrajes eróticos y la manera en la que expresa la sexualidad visualmente; adopta de manera tan directa el discurso, que podría describirse un poco fuerte para quienes en general no tienen tanta apertura con el tema.

Breillat, además de intentar plasmar lo positivo y la belleza sexual, también tiene una afinidad por la inocencia y lo natural. Un claro ejemplo de los elementos que la caracterizan es Barba azul (Barbe bleue, 2009). A pesar de ser una adaptación del clásico homónimo libro francés escrito por Charles Perrault, Barba azul refleja la pureza femenina, la sexualidad y la inocencia  disfrazada de adaptación, es decir, Breillat aprovecha la línea de la historia para contextualizar dichos temas en el mismo largometraje.

Barba azul, personificado por Dominique Thomas, es un hombre de edad madura y corpulento, con personalidad hermética, sumiso con las mujeres, como táctica de cortejo, y que encaja perfecto con la personalidad de Marie-Catherine (Lola Créton), quien desde un inicio se muestra aventurera, guerrera e independiente, haciéndose presa perfecta para el cazador de mujeres.

Parte de la genialidad de la adaptación es que el filme cuenta con un narrador omnisciente  en tercera persona, que corre a cargo de una niña de cuatro años quien tiene una concepción del amor bastante peculiar. No obstante, la personalidad de los protagonistas es distintiva por ser impredecible y ocurrente. Es complicado descifrar las acciones futuras del guión fílmico mismo, que por ser así mantiene en expectativa. El guión matiza la idea actual del amor en Catherine y conjunta acciones  de época que resultan familiares dentro del inconsciente colectivo presente. Es como si con los diálogos te susurrara al oído cómo es que el personaje principal va actuar y el por qué. La delicadeza del filme permite resaltar el morbo sexual y pasional que existe, que deja entrever desde la perspectiva de todos los involucrados, principalmente de la pequeña esposa de Barba azul.

El largometraje lleva por trasfondo un paisaje sencillo pero enaltecido con los colores brillantes de una Europa fría y vieja. Pareciera que no se tomó bastante producción para recrear un ambiente adecuado en donde se desenvolviera la historia. Breillant se guió por el “menos es más”, y funciona. El peso total está en el guión literario, aunque se reconoce que la imagen fílmica es excelente.

Barba azul, es, si no más que una historia de amor latente con intereses materiales de por medio, icónica, dependiendo de la percepción del espectador, y con un final exacto.

Por Marlene de la Fuente (@Delafontina)

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