Black Canvas | Sísifos, una entrevista con Santiago Mohar Volkow

El catálogo de la quinta edición del Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo describe a Sísifos como “un retrato de la vida en un anexo en Chiapas. Los anexos son centros de rehabilitación no profesionales que a menudo sobreviven en áreas grises de la ley a pesar de ser la alternativa para la inmensa mayoría de los mexicanos. Sísifos no hace una aproximación periodística del tema sino que pretende mirar la adicción como una metáfora para la condición humana. El anexo es el contexto de esta reflexión y los internos son los personajes en donde se revela la humanidad y tramas de la masculinidad mexicana”.

El documental es el resultado de la unión detrás de la cámara de Santiago Mohar Volkow (Los muertos) y Nicolás Gutiérrez Wenhammar (Mientras la prisión exista), el proyecto retrata la vida al interior de uno de los cientos de anexos de alcohólicos anónimos que existen en Chiapas, al sur de la República Mexicana.

Los clichés (y el “tremendismo“) asociados al tema de los anexos, llevaron a los directores a abordar su documental desde una mirada más poética, alejada de lo meramente informativo o de denuncia. Una búsqueda evitó explotar las tragedias de los hombres al interior del lugar, quienes aceptaron ser filmados durante un mes por el pequeño equipo del proyecto.

“No era lo que queríamos hacer. (El tremendismo) Nos habría acercado a un terreno de denuncia, donde surgen implicaciones éticas que, francamente, no sabría resolver en términos estéticos. No tengo nada contra las películas que se avientan de boca en eso, pero yo no me sentía cómodo tomando ese camino“, explicó Mohar Volkow al ser cuestionado sobre la decisión de evitar los aspectos más cruentos de la vida de sus protagonistas.

Y añadió: “Nos parecía que era resolver de manera muy fácil un tema muy complejo. Se convertía una denuncia fácil para llamar la atención. Los anexos tienen cierta reputación, no tengo porqué abonar más a eso. Hay tantas cosas detrás que se deben considerar a la hora de analizar esas prácticas (violentas) que nos forzaba a realizar una película más ‘intelectual’. Estábamos interesados en la adicción desde un punto de vista metafórico, no en el espíritu de una problemática de sociólogo”.

sisifos001

El nombre del documental hace referencia al mito griego de Sísifo, quien hizo enfadar a los dioses y como castigo fue condenado a la ceguera y a empujar una roca todos los días hasta la cima de una montaña, sólo para ver cómo ésta caía a un valle y debía comenzar de nuevo. Para Santiago Mohar Volkow, los hombres al interior del anexo sufren de un destino similar al de su contraparte mitológica y pocos logran romper ese ciclo, así lo expuso:

Quienes lo logran es por “suerte, la verdad. Obviamente es importante el apoyo de la familia, entendida como el grupo de personas que están detrás de alguien, no necesariamente consanguíneo. Para ellos son muy relevantes, también necesitan cierto sentido de motivación, muy difícil de conseguir por la realidad en que viven la mayor parte de las personas que están en un anexo. Tiene que ver con problemas estructurales, falta de oportunidades. Es una mezcla de suerte y apoyo. Tal vez salen y por suerte consiguen una chamba, eso es un elemento que le da significado a su vida, o tienen hijos y cambian su rumbo. Una reinvención es necesaria para salir adelante, implica una renuncia a todo lo que vino antes. Necesitan tener cierta facilidad para el desprendimiento.”

“Viven una destrucción del ego cuando llegan al lugar. Se diluye en el grupo para que salgas fortalecido, reinventado de la experiencia. Es un proceso, casi, de programación, no en el mal sentido. Son personas que por su estilo de vida no tienen sueño o una dieta regulada, la mayoría vive en la calle. Entonces, al llegar a un lugar donde comes y te despiertas a la misma hora todos los días, se da una transformación absoluta. Hay una especie de humildad forzada. Deben bajarle a como de lugar, en ciertos anexos te lo bajan a madrazos, en el que filmamos no. Es una diferencia importante. Desde esa humildad deben aceptar sanar y construirse en algo nuevo”, añadió.

Mohar Volkow argumentó que su documental muestra una faceta de la sociedad mexicana que pocas veces se aborda en pantalla, una donde los hombres se permiten ser vulnerables y hablan de sus problemas en grupo. Esta vulnerabilidad los lleva a temer salir del lugar sólo para recaer nuevamente en sus adicciones.

“La adicción te hace sentir solo. Estos lugares te dan una red, te arropan. Si estás acostumbrado a emborracharte todas las noches con tus amigos y, de pronto, ya no puedes hacerlo, este nuevo grupo sustituye eso. Se trata de hombres hablando entre ellos, es rarísimo. Cuando llevas tres meses en el anexo, pierdes muchas de las normas sociales que afuera ni siquiera piensas cuando las adoptas. Estas nuevas reglas incluyen que vas a escuchar, respetar y hablar. Esto hace que quieran hablar, primero porque están adentro y, luego, porque afuera quizá nadie está dispuesto a escucharlos”, apuntó.

“Se nota en la mirada de la película que éramos un ente externo. No quisimos crear el engaño de que nos habíamos mezclado entre ellos, como si no estuviéramos adentro. Esa distancia la asumimos y construímos desde ahí. De entrada, nosotros teníamos que respetar que no puedes juzgar a alguien que pasa por eso, al final del día yo me iba a dormir a una cama. Éramos como una novedad para ellos, muchos llevaban meses haciendo lo mismo, de pronto aparecemos y era algo diferente. Les gustó”, concluyó.

Por Rafael Paz (@pazespa)
Publicado originalmente en Gaceta UNAM.