‘Berberian Sound Studio’: La desesperante atmósfera sonora

Gilderoy (Tobey Jones), un ingeniero de sonido inglés, es contratado por un estudio de cine italiano para realizar los efectos sonoros del más reciente trabajo del director Giancarlo Santini, un giallo. Gilderoy se da cuenta que no encaja en el modo de trabajar de los italianos, además que está perturbado por el tipo de película que debe sonorizar. La sensación de incomodidad en la que está sumergido hará que poco a poco pierda la razón y su sentido de la realidad cambie cuando se mezcle con la fantasía y la locura.

El director británico Peter Strickland muestra de manera muy inteligente todo el proceso que hay detrás del diseño sonoro de una película. A lo largo de la trama nunca vemos la imagen del filme que están sonorizando, simplemente escuchamos los diálogos y vemos que en el estudio utilizan un cuchillo, frutas, agua y verduras para simular el sonido de la navaja atravesando el cuerpo de una mujer o de un cuero cabelludo siendo arrancado poco a poco. Vemos también a las actrices de doblaje seguir el guión y encerradas en la cabina gritan, rezan y se lamentan del dolor infringido a los personajes de la historia.

Strickland utiliza esos sonidos acompañados por una gran banda sonora, compuesta por Broadcast, para causar miedo, suspenso, desesperación e incomodidad a pesar de que lo que se ve a cuadro es simplemente la actriz frente al micrófono recitando sus diálogos o a un asistente cortando una lechuga. Toda la atmósfera de la película se logra gracias al sonido.

Por momentos pareciera que la película está por estancarse y no nos lleva a nada, simplemente es una sonorización tras otra, si acaso notamos la creciente desesperación de Gilderoy, soberbio Toby Jones. Cerca cerca del final la trama se va por otro lado completamente distinto y bruscamente termina por convertirse en otra película. Las últimas secuencias son un ejercicio cinematográfico interesante, con una clara influencia de David Lynch pero, si bien sigue contando la historia, el cambio es tan abrupto que no se logra entender realmente qué es lo que sucede.

Ok, sí, es el recurso que utiliza Strickland para mostrar lo que sucede en la mente de Gilderoy, pero, creo, exageró. Da la impresión que toda la historia contada al principio se vuelve irrelevante si lo que quería mostrar era la influencia de Lynch en su cine. La película no llega a caerse, aunque en ocasiones está muy cerca, principalmente por el gran trabajo actoral de Jones que con su mirada, sus facciones, su silencio es quien carga con todo el peso de la película y la saca adelante.

Una gran actuación que nos muestra a un Gilderoy que desde el principio vemos que no encaja, es el serio dentro de un grupo de gente escandalosa e irreverente, el único que no le gusta la película, el que sufre como los personajes que ve a cuadro pero que lo hace en silencio, de manera discreta, disimulada (como la audiencia) un silencio entre todo el ruido del diseño sonoro que al final termina por volverlo loco.

Por Luis Arredondo

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