‘Aprendices fuera de línea’: Googleando empleos en el reino de Google

Desde que protagonizaran en 2005 las peripecias de unos abogados irrumpe-bodas en Los caza novias (Wedding Crashers), Owen Wilson y Vince Vaughn no habían compartido créditos en una película, cada uno ofreciendo por separado diversos trabajos aceptados favorablemente, Vaughn en Camino salvaje (Into the Wild, 2007) y Wilson, de manera más reciente con Medianoche en París (Midnight in Paris, 2011).

La dupla se reencuentra por segunda ocasión en Aprendices fuera de línea (The Internship, 2013). Billy McMahon (Vince Vaughn) y Nick Campbell (Owen Wilson) pierden sus empleos como vendedores en una obsoleta empresa de relojes. Por ello, con el propósito de dar un giro a sus vidas, deciden inscribirse en un programa de becarios de Google y, a pesar de su notorio atraso en cuanto a tecnología se refiere, enfrentarán un proceso de selección en compañía de jóvenes genios de la informática para obtener empleo en una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo.

El guión, de Jared Stern y del propio Vaughn, presenta a dos hombres inmaduros en sus  cuarenta que, tras el desempleo, buscan la manera de emplearse en un área diferente. La historia recurre a gags un poco redundantes, enfocados más que nada en las brechas generacionales de quienes crecieron en la década de los 70, los 90 y los 2000. Entre los momentos divertidos que reiteran el “estancamiento analógico” de Billy y Nick (quienes son objeto de un bullying inicial por ello mismo) ante la cultura actual destacan la entrevista de trabajo por Internet para los reclutadores de Google, la disyuntiva de vender una “licuadora” y su afanosa búsqueda del “profesor Charles Xavier” en las inmediaciones del corporativo.

A su vez, se muestra, a manera pintoresca, el desconocimiento de Billy y Nick sobre términos informáticos como “códigos”, “HTML”, “cookies” e “Instagram”, usuales para muchos integrantes de la generación Y. También se recalca que si bien el avance en la tecnología es esencial, también se critica el confort que existe en la actualidad para recurrir a las redes sociales como medio principal de comunicación, dejando de lado la interacción a nivel interpersonal (siendo la habilidad que destaca a los protagonistas de los becarios), siendo un mensaje rescatable de la película. Entre el estilo cómico, menciona un hecho intangible en la sociedad: el miedo al futuro laboral y la dificultad de encontrar un buen empleo.

El dinámico tono humorístico inicial de Aprendices fuera de línea disminuye notablemente conforme avanzan las pruebas de los becarios, al imperar el tema de la superación personal y los diálogos motivacionales entre los personajes, quienes caen en el clásico estereotipo de nerds egresados de prestigiosas instituciones, como el grupo con el que trabajan Billy y Nick: el latino Yo-Yo, el hipster Stuart, el coordinador Lyle y Neha, la única mujer en dicho grupo de apestados. No podía faltar el romance en la trama, representado con Nick (Wilson) y la seria oficinista workaholic Dana (Rose Byrne), al otorgársele un pequeño espacio dentro del relato, embonando sin ningún problema con éste.

Todos ellos van soltándose conforme conviven con los protagonistas, aunque no logran conectar del todo con la audiencia por la sensación de haberlos vistos con anterioridad en otras cintas del género. Graham, el estudiante “villano”, repite también en dicho cliché como un muchacho snob con aires de superioridad que busca comerse al mundo de una mordida y salirse con la suya con adulaciones.

Además de mencionarse íconos del populismo actual como héroes de cómics, Harry Potter y el Quidditch (el juego de escobas es parte de la evaluación de los aspirantes googleros), la ambientación es lo más destacado de Aprendices fuera de línea, en la que puede apreciarse varios rincones de las instalaciones de Google en tierras de Mountain View, California: la cafetería, coloridas oficinas de juntas, cómodos sofás, sala de descanso y una resbaladilla metálica, intentando vender la idea que la compañía es el lugar de ensueño para todo profesionista.

El director, Shawn Levy (cuyo último trabajo fue la pugilista Gigantes de acero), cumple con el encargo de resaltar a Google, aunque da la impresión que la cinta es mera publicidad para el corporativo. No obstante, demuestra conocer el terreno de la comedia (previamente demostrado con la franquicia de Una noche en el museo). A su elenco lo dirige con tranquilidad, logrando de éste actuaciones simpáticas y cumplidoras en papeles simples. Cabe añadir que la química de Vince Vaughn y Owen Wilson en pantalla es palpable en cada escena, aunque no goza del mismo impacto logrado con Los caza novias.

Siendo predecible y con gags conocidos, Aprendices fuera de Línea, además de resultar una promoción innecesaria para Google, cumple únicamente con el objetivo de entretener y sin profundizar sobre el buscador más famoso del mundo, alejándose de otras películas mejor elaboradas sobre empresas cibernéticas, como el caso del origen de Facebook en Red Social (The Social Network, 2010). A seguir googleando se ha dicho.

Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)

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