‘All Tomorrow’s Parties’, todos amamos la música

Cerca de la caída del imperio discográfico, algunas bandas han tenido que inclinarse a la producción de conciertos para llenar el vacío monetario que en algún momento dejó la venta de discos. El nacimiento continuo de nuevos festivales de música, el excesivo consumo y marketing dentro de ellos, nos llevan a la reflexión y a hacernos la siguiente pregunta: ¿Dónde quedó el amor a la música?

Un mosaico visual aparece en pantalla mientras que ‘Atlas’ de Battles, suena en el fondo: imágenes de carretera, el concierto de la banda, gente moviendo la cabeza al compás de la música. Ya no se escucha ruido alguno, una voz se escucha en el fondo: “Esta música es parte de un mañana diferente, otro tipo de idioma, hablar sobre la naturaleza, la naturalidad, como debe ser.”

Audiovisualmente brillante, de principio a fin, All Tomorrow’s Parties (ATP) es el documental de ese festival que lo ofrece todo para los amantes de la música: rock & roll all night long sin marcas, marketing ni intereses de por medio.

ATP nace en 1999 cuando Belle & Sebastian crea Bowlie Weekender, un festival que se llevó a cabo en un centro vacacional Pontin’s Holiday en Camber Sands (Sussex, Inglaterra). Siendo todavía ésta la sede principal, el festival ofrece una alternativa a los macrofestivales; invita a un músico o a una banda a ser curador u organizador para que elija a su gusto los grupos que participarán.

El documental no necesita otros protagonista que los propios músicos: Belle & Sebastian, Grizzly Bear, Sonic Youth, Battles, Portishead, Daniel Johnston, Grinderman, Lightning Bolt, David Cross, Animal Collective, The Boredoms, Les Savy Fav, Mogwai, Octopus Project, Slint, Dirty Three, Yeah Yeah Yeahs, the Gossip, GZA, Roscoe Mitchell, Seasick Steve, Iggy and the Stooges, A Hawk and a Hacksaw, Fuck Buttons, Micah P Hinson, Two Gallants, The Mars Volta, Akron/Family, Jah Shaka, Saul Williams, Shellac, Patti Smith y John Cooper Clarke.

Sin embargo, no sólo ellos son las estrellas. Fans y asistentes del festival también tienen un papel importante. Parte de los videos e imágenes que forman el filme son grabaciones de los fans que retratan en gran parte cómo se vive, qué se hace y quiénes son los que forman parte de este acontecimiento.

La música está en cada rincón de la película, ya sea dentro de los chalets o en el exterior. Lo que fue en algún momento un centro vacacional familiar en las décadas de los 60 y 70, ahora es un centro de reunión, un encuentro para fans, los músicos y quien quiera disfrutar del ambiente que se vive.

Un joven con un micrófono se acerca a un grupo de jóvenes, después de preguntarles sobre el estado del rock & roll actual en los jóvenes, dice: “Mucha gente ve el rock & roll como cultura juvenil, pero cuando la cultura juvenil se convierte en un gran negocio monopolizado ¿qué pueden hacer los jóvenes? Yo creo que debemos destruir el proceso falaz del capitalismo que está destruyendo la cultura juvenil con marketing de masas y paranoia comercial de control del comportamiento y el primer paso es destruir las compañías discográficas.”

Esa podría representar una de las partes más importantes del documental, resume en palabras lo que el collage de imágenes muestra a la mirada. La música no debe ser parte de ese negocio, el sentido y lo que representa el rock & roll va en contra de lo que indica el capitalismo.

Mogwai suena, curadores que organizaron uno de los festivales de ATP. Se despiden y agradecen la visita de los asistentes. Su hermosa, relajante y sintetizadora música son el soundtrack de la mitad del documental. Nuevamente esa mezcla audiovisual, divide en dos la pantalla, un color rojo con otras tonalidades cálidas son el escenario del concierto de Mogwai, mientras que del otro lado, gente pasea, se divierte y socializa con otros individuos que conocieron ese verano del 2004.

En otros momentos suena Goosip, los Yeah Yeah Yeahs, Portishead, Patti Smith, Iggy, Jah Shaka Soundsystem y muchos otros que son parte de la historia del All Tomorrow’s Parties. Una mezcla de géneros, voces, sonidos y actitudes es la esencia musical y cultural del filme, que a su vez retrata los más de 20 años del festival.

¿Qué es lo que tiene All Tomorrow’s Parties que no tenga cualquier festival? Cualquier marca o productora puede traer a Portishead, a los Yeah Yeah Yeahs o a Patty Smith. Sin embargo, esos organizadores no tienen presente que la música no siempre está relacionada con el consumo global; que los músicos no deben ser tratados como un producto del sistema.

El objetivo del documental es hacer reflexionar precisamente eso. All Tomorrow’s Parties es la razón de la película, sin embargo, la esencia de hacer un festival por el simple hecho de escuchar música, es una historia que se tiene que contar para buscar la reflexión sobre el mercado, el consumo excesivo en aquellos festivales de música que sólo buscan el entretener a cambio de dinero.

Los chalets y cuartos del Pontin’s Holiday están vacíos. La gente se acerca a la costa de Camber Sands para reunirse y escuchar una última canción. La única razón por la que están unidos, a pesar de no conocerse, es que todos amamos la música.

Por Sofía Huerta (@Sophia_Huerta)

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