Aires de esperanza (Labor day, 2013) es un filme basado en la novela homónima de Joyce Maynard. En esta ocasión el director Jason Reitman nos trae un drama que resume los sentimientos que a veces creemos son el motivo de sentirnos mal con nosotros mismos, sensaciones que catalogamos como absurdas una vez que salimos de ellas y toca temas sensibles como la soledad, la falta de amor, la nostalgia, la ausencia de una figura paterna y de sentirse incompleto; todo eso en una novela interesante y melancólica.
La historia narra el episodio de la vida de Henry (Gattlin Griffith), un joven de apenas 13 años que debe soportar el agotador estado de ánimo de su madre, Adele Wheeler (Kate Winslet), quien está sumergida en su agonizante pasado y hundida por una profunda depresión. No obstante, como todo en la vida, nada es para siempre. Justo en el momento perfecto llega Frank Chambers (Josh Brolin) a la vida de los Wheeler, envuelto en otro drama que congenia con belleza dentro de la vida de esta familia.
El director de Juno, nos envuelve en este drama que corre en los años 80 reflejando con anticipación la época, pues adorna la imagen fílmica con sutiles tonos sepia que además de denotar la atmósfera cromática nos mantiene en un mood cálido, nos abre a la opción del amor. Cabe destacar que Reitman tiene una afinidad por introducir al espectador en este escenario doliente, logrando la empatía con cada situación presentada en la película. El romanticismo que sugiere radica desde la personalidad de los actores; lo importante es el sentimiento que emana cada personaje dentro del filme. La distinta perspectiva para cada personaje en su respectivo entorno es tan subjetiva que te lleva a idealizar posibles diálogos y hasta atreverse a adivinar el final. Reitman juega con los sentimientos y deseos del actor llevando el drama a un punto insostenible.
Los movimientos arrítmicos del filme van revelando sucesos que construyen lo que es una obra pasional y sorpresiva, que describe el amor en su forma más profunda y cómo a través de diversos hechos sombríos, crueles y funestos es capaz de generar un aire de esperanza de manera literal. Jason Reitman logra expresar en esta representación que el verdadero amor es capaz de curar cualquier pena en momentos de soledad y, en este caso, autodestrucción a través de la imagen visual.
Aires de esperanza, es una película que intensifica el significado de la lucha por los sueños y una clara interpretación de que “después de la tormenta siempre llega la calma”. Es un filme que entreteje sentimientos y juega con la empatía del espectador; sin duda, un drama que roba suspiros, forja anhelos y sobre todo las ganas de seguir amando.
Por Marlene de la Fuente (@Delafontina)
