Una entrevista con Rodrigo Murray sobre La nave

La historia de La nave tiene como protagonista a Miguel (Pablo Cruz), un deprimido locutor de radio, que conduce un espacio dedicado a la ciencia en una pequeña radiodifusora. Un día uno de sus radioescuchas, un pequeño niño, marca a la cabina y le cuenta a Miguel sobre su deseo de conocer el mar, lo que lleva al locutor a descubrir que los problemas tienen una perspectiva diferente y es posible volver a soñar.

La película es el cuarto largometraje de “Batán” Silva, llegó a las pantallas de cine el pasado 12 de mayo y cuenta en su elenco con la participación de Héctor Jiménez, Maya Zapata, Andrés Almeida, Paloma Arredondo y Rodrigo Murray, quien se sentó a hablar con nosotros del proyecto.

Butaca Ancha (BA): ¿Cómo llegaste al proyecto? Leí por ahí que estabas muy entusiasmado con la película…

Rodrigo Murray (RM): Muy, muy entusiasmado. Es una película que toca fibras sensibles de los seres humanos. En primer lugar, a mí me llamó Sebastián “Batán” Silva, que es el director de la película, porque Pablo Cruz –actor protagonista de la película– me conocía. No fue difícil decirle que sí a este proyecto, fue muy fácil. Es una película que habla sobre lo más hermoso que tenemos los seres humanos que es la empatía, el sentido de la solidaridad, ponerte en los zapatos del otro y a partir de ahí cambiarle la vida para que esa vida que cambiaste también cambie la tuya de forma positiva.

Es un guión inteligente, muy bien dirigido, divinamente iluminado por nuestro querido Memo Granillo, bien actuado, creo que todo funciona. Es un proyecto del que te sientes muy orgulloso de pertenecer y decir: estamos apostándole a lo que el hombre se está olvidando de ser, estamos convertidos en máquinas que revisan máquinas inteligentes, que si ya me dieron like, que si tenemos 14 followers, que si fulano de tal dijo no sé qué de perengano lo reviso, déjame inmediatamente lo veo en el google, pregúntale a Siri, son el tipo de cosas que nos han deshumanizado. La película te jala la oreja y te dice: tú perteneces a este género, no te olvides, aquí hay algo mucho más importante y lindo dentro del mundo de la filosofía, creo yo, que pensar en qué es lo que voy a hacer la próxima semana, si me voy a comprar el último modelo de teléfono o no.

La nave sí te permite viajar de forma introspectiva y también de manera muy grata, muy llena de humor y diversión, con un hecho humano que es indiscutible, ¿nos puede entristecer? Sí, sin duda, pero las formas en las que llegamos al mundo de la tristeza pueden tener muchos caminos y caminos muy tortuosos, silenciosos y verdaderamente horrendos; o, a través de la risa, del desparpajo y la ingenuidad entender que la vida está llena de muerte y la vida está llena de odio, pero también está llena de vida y de humor, de sonrisas y de cosas padrísimas. En la medida en la que entendamos eso, podremos ser más empáticos con el ser humano que tenemos enfrente.

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BA: Tu personaje, Cristian, es el director de la radiodifusora en la que trabaja el protagonista, que termina por convertirse un como en su padre, es la conciencia que lo guía.

RM: Das en el clavo, cuando leí el guión entendí que Miguel, el chavo que interpreta a Pablo Cruz en la película, habla de la pérdida de su padre y entonces hay una ausencia. Hice esta interpretación pensando en que él es el deber ser y el deber ser generalmente está impuesto entre todos nosotros –o por lo menos en la sociedad paternalista en la que vivimos–, como el ejemplo a seguir, aquel que marca las los caminos por dónde hay que caminar a lo largo de la vida. Es el padre el padre siempre te muestra el camino, el padre siempre te va a decir por dónde y te va a decir que es costoso, que te va a costar uno y la mitad del otro pero vas a llegar a buen puerto, te va a doler pero te va a gustar, este tipo de cosas.

En efecto, Cristian es este bicho que al principio es muy detestable, es un tipo que no pareciera entrar en el juego de la simpatía con los otros dos personajes que hacen Héctor y Lucía dentro de la estación de radio. Es un villano, se hacen las cosas como él dice y se acabó, pero resulta que lo hace en función del bienestar de la gran mayoría. Es decir: el bienestar de ellos trabajando en la estación de radio y también en el bienestar del chavito, no es un personaje que esté pensando en jalar agua para su propio molino, es alguien que está pensando en cómo sería el bienestar de la mayoría. ‘Aunque ahorita tú te tienes que joder duranteesta temporada, eventualmente verás que tengo razón’, ése es el personaje que hago. El deber ser es una postura muy fea, muy poco flexible, pero a la larga terminas diciendo pues sí, la disciplina es la disciplina y estoy aquí gracias a eso, a estar picando piedra.

BA: El tema del cáncer infantil ha estado muy presente en los medios de comunicación, sin embargo se ha convertido un poco en cifras frías, en algo distante. La nave le pone cara al asunto sin ser algo azotado, hay cariño en la película…

RM: Si ya de por si la situación de un niño con cáncer es muy jodida y pensar en lo jodido que pueden estarlo pasando los padres y los familiares en su entorno, la película tiene el acierto de crear un personaje como el que hace Andrés Almeida, que es un doctor corrupto, inhumano, que lucra con el dolor ajeno. ¿Cómo es posible que exista gente así? Afortunadamente lo que hace la película, y lo hace muy bien, es poner esa fotografía y vámonos, no es lo importante, ahí no radica la importancia de la película.

Tienes toda la razón, hay que hablar de eso, sí, quizás en otra película u otro documental, quizás en una acusación abierta y manifiesta hacia toda la estructura de salud del país que durante años ha estado pichicateando lo que le corresponde a los trabajadores, pero ese es otro tema.Eso sería meternos en una película que desvirtúa el alma de ésta que habla de un chavito que le cambia la vida, su poco tiempo de vida, un wey que viene arruinándose la vida día a día, que gracias a ese cambio transforma su vida para siempre, se vuelve virtuoso: encontré novia, limpié mi casa, me rasuré, salí del bote de basura en el que vivía y ahora soy un ser humano que puede abrir los ojos y darse cuenta que está en un entorno en el cual si tú ayudas, el entorno te ayuda.

Creo que eso es lo más virtuoso de la película, más allá de ponernos a hablar sobre las injusticias sociales que han cometido los dirigentes de la salud y los políticos de este país. Deja tú el país, del mundo.

BA: Después de dos años llenos de momentos muy duros, ésa parece ser la invitación principal de la película.

RM: Sí, a recordarte que dentro de ti, detrás de una pantalla de un iPhone o un teléfono inteligente, hay un ser humano y ese ser humano está ávido de ver cine como éste.

Por Rafael Paz (@pazespa)

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