Son muchas las situaciones del día a día en nuestra sociedad que resultan perturbadoras a pesar de no ser mostradas por completo en los medios de comunicación encargados de informarnos sobre las amenazas existentes en diversas partes del mundo. Hay cosas que pasan y que no sabemos bien cómo se dan, pero el cine, aprovechando su condición de medio de difusión y herramienta para reflejar una realidad que no siempre es mostrada del todo en los noticieros, se ha encargado de plasmar una realidad que, a veces, ignoramos. Unn ejemplo más de esto llega con el estreno de Sicario: Día del soldado (Sicario: Day of the Soldado, 2018).
Ya han pasado tres años desde que conocimos al agente especial Matt (Josh Brolin) y al “consultor” Alejandro (Benicio del Toro) en Sicario, el primero se encarga de llevar a cabo misiones secretas en nombre del gobierno estadounidense para mantener a salvo a su nación cueste lo que cueste. El segundo está ligado en cierta forma a los cárteles de la droga, aprovechando su posición para cumplir con misiones cuyos resultados le favorecen a sus propios intereses; ahora nos reencontramos con ambos personajes, quienes esta vez serán parte de una nueva misión clandestina orquestada por políticos de Estados Unidos.
La frontera entre México y su vecino del norte se ha convertido en una zona peligrosa con el paso de los años, quienes llegan buscando cruzar al otro lado se han vuelto más ingeniosos y han tenido que recurrir a los servicios de criminales dedicados a pasar a gente por la frontera. La cinta, dirigida por Stefano Sollima, muestra los riesgos de querer cruzar ilegalmente la frontera mexicoestadounidense, cómo operan los cárteles para transportarlos y que no solamente cruzan personas que buscan una mejor vida, sino también otras que buscan herir a la tierra de las barras y las estrellas.
Luego de un ataque terrorista en Estados Unidos, se determina que los responsables llegaron a dicha nación cruzando su frontera desde México, algo que se logra fácilmente gracias a los servicios de los cárteles mexicanos de la droga que han encontrado en traficar personas otro negocio con grandes ganancias; para solucionar este problema, el gobierno estadounidense le encomienda a Matt –quien busca la ayuda de Alejandro– la tarea de provocar una guerra entre los cárteles que operan en la frontera mexicana para que así se destruyan entre ellos y desaparezca la amenaza que representan.
Sicario: Día del soldado nos enseña cómo pueden llegar a operar los agentes y el gobierno estadounidenses en diferentes países del mundo con tal de cumplir con sus propios objetivos, los cuales no siempre se logran siguiendo las reglas y para los que es obligatorio explorar lugares oscuros sin tener remordimientos; no importa quienes mueran o cuentas víctimas haya mientras que no sean ciudadanos estadounidenses y todo es válido para que Estados Unidos siga adelante de la manera que más le convenga; esto es algo que la historia nos deja claro y que resulta perturbador en muchas formas.
Esta película es buena y a pesar de que no logra igualar a su antecesora, en realidad sí cumple con las expectativas que había generado, pues se trata de un inteligente y crudo thriller con tintes políticos que muestra una realidad de la cual muchos no están consientes. La dirección es la adecuada y esto se logra también a partir de un guión bien estructurado, además de que los personajes están acomodados adecuadamente para cumplir con funciones específicas en una historia que nos transporta a lugares peligrosos. Vale la pena ver Sicario: Día del soldado, dejará una sensación de incomodidad en algunos y causará que muchos se interesen un poco más en el tema que trata.
Por Jonathan Eslui (@JonathanEslui)