‘Mi novio es un zombie’: Aguas, se te sube el (no) muerto

El ciclo de vida zombie es sencillo. Buscar cerebro, comerlo, deambular, volver a buscar cerebro, alimentarse, seguir deambulando, etc. Ésa es la rutina diaria de un muerto viviente ‘normal’, pero R (Nicholas Hoult atractivamente muerto, como modelo en catálogo de Zara) no es como los demás zombies. No, él puede pensar. O al menos así lo demuestran sus largos monólogos interiores y su extensa colección de cultura/basura pop —viniles incluidos—.

La vida de R dará un vuelco cuando en uno de sus viajes para conseguir ceeeereeeeebro se encuentre con Julie (Teresa Palmer), una chica que busca sobrevivir como toda adolescente en un mundo azotado por muertos vivientes. R se sentirá inevitablemente atraído hacia ella y hará lo posible por mantenerla con vida y a salvo. El corazón de R comenzará —poco a poco— a latir de nuevo gracias al contacto con Julie. Pero, ¿permitirá el papá de Julie (John Malkovich haciendo parodia de John Malkovich) que su retoño fraternice con el enemigo?

En Mi novio es un zombie (Warm Bodies, 2013), el director y guionista Jonathan Levine mezcla de manera satisfactoria e inteligente romántica juvenil y el género zombie. Los problemas clásicos que sufren los adolescentes en el cine —incapacidad para relacionarse con el sexo opuesto, padres autoritarios, soledad, etc.—, son

Marcada como una de las sucesoras de la Saga de Crepúsculo —y por un título horrible en español—, Warm Bodies supera con creces la comparación gracias a un sentido del humor bastante atinado, aunque sin llegar al nivel que maneja Edgar Wright (Shaun of Dead, Hot Fuzz). La esencia es la misma —amor adolescente imposible—, es la ejecución lo que marca la diferencia.

Levine también es lo suficientemente astuto como para evitar cualquier connotación necrofilica. El previsible romance entre R y Julie florece hasta que él ya está casi vivo, antes ella sólo lo ve como una curiosidad.

Asimismo, el director se da tiempo para hacer un poco de comentario social. En una escena R toma una revista y podemos ver a Kim Kardashian en la portada, una mujer que es famosa sólo por ser famosa. ¿Quién está más muerto? ¿R o las miles de personas que se emboban y siguen las actividades de las Kardashian? ¿Será que aun vivos nos comportamos como zombies y olvidamos vivir?

Mi novio es un zombie es una buena opción para ir con la novia al cine y pasar un buen rato. Es, al final, una comedia romántica sin mayores pretensiones. Claro, los ultras del género zombie se quedarán con más ganas de sangre y tripas. Como yo.

Por Rafael Paz (@pazespa)
Publicado en Esto no es una reseña de El Financiero.

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