34 Foro | ‘Estocolmo’: La negación del suelo

La fugacidad y la intensidad suelen ser las líneas sobre las que se mueven las relaciones de pareja actualmente. Una ansiosa y compulsiva necesidad de compañía que busca ser gratificada de manera inmediata, una infatuación narcisista que busca reafirmar el ego más que minarlo. Ese parece ser el eje conductor en las primeras escenas de la cinta española Estocolmo (2013), del cineasta español Rodrigo Sorogoyen, quien se ha labrado una trayectoria en la televisión ibérica e hizo su debut cinematográfico en el 2008 con 8 Citas.

Un chavo guay conoce a una chica guay que no quiere ser guay. Le dice que se ha enamorado y pasa toda una noche intentando convencerla de que se ha encaprichado perdidamente de ella, avanzando por calles solitarias en un vaivén que va de lo encantador a lo sombrío. Primero somos testigos de la seducción de él (Javier Pereira) y de cómo es frustrada por ella (Aura Garrido); la suave persistencia del joven se ve recompensada con la sonrisa de un gesto antes oscuro, así comienzan a escalarse mentiras y verdades, formando un alto e inestable andamio.

La película de Sorogoyen parece tomar elementos de la emblemática trilogía generacional iniciada con Antes del amanecer (Before Sunrise, 1995), creada por el genio texano Richard Linklater, donde las largas, ricas y eclécticas conversaciones de los personajes se veían acompañadas de parajes urbanos simbólicos. En Estocolmo existe una apropiación de factores similares aunque toma rutas distintas, particularmente en el foco: Sorogoyen centra su atención en la imposibilidad de lo que neuróticamente se llama “amor” en tiempos contemporáneos y la imposibilidad de encontrar la estabilidad o, más bien, la renuencia a aceptarla.

A pesar de contar con actuaciones sólidas por parte de Pereira y Garrido, quienes hacen perfectamente creíble su romántico comportamiento, así como una solvente e inteligente dirección de arte, la película de Sorogoyen parece actuar como una especie de declaración sobre el estado de las relaciones hoy en día. No tan eficiente para capturar el zeitgeist tan hábilmente como otros, ésta es una historia individual que busca reflejar un estado colectivo que se termina viendo limitada por un arranque impulsivo y egoísta.

Por JJ Negrete (@jjnegretec)

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