Los vestigios de la Gran Depresión en Estados Unidos provocaron una crisis social conformada por alto desempleo, desigualdad y una polarización reflejada en el empobrecimiento de la clase obrera.
El futbol americano ganó desde aquel entonces una popularidad reflejada en una afición que no únicamente admiraba el modo de juego y las proezas deportivas, sino que se convirtió en la esperanza de muchos jóvenes para encontrar un modo de vida alejado de la ignorancia, la dificultad económica y la criminalidad.
Espíritu de lucha (12 Mighty Orphans, 2021) entrelaza el declive de un país aquejado por la incertidumbre con la dificultad de un grupo de jóvenes para superar sus limitaciones bajo circunstancias desfavorables. El entrenador Rusty Russell (Luke Wilson) arriba a un instituto conformado por huérfanos con la finalidad de instruirlos en el deporte y brindarles educación. Asistido por Doc Hall (Martin Sheen), buscará que un grupo de doce jóvenes lleguen a la final de un campeonato estatal.
El realizador Ty Roberts utiliza la voz en off para narrar un suceso basado en hechos reales que recalca la adversidad representada por el origen y pasado personal de los jóvenes. A su vez, remarca, a través de flashbacks, el traumatismo provocado por la guerra y la violencia. El maltrato del que son objetos los chicos por parte de Frank (Wayne Knight) y los recuerdos de Russell en torno a la Primera Guerra Mundial se convierten en un vínculo entre mentor y aprendices, guiando la consolidación de un equipo que crecerá en autoestima y capacidades.
En tonos melodramáticos que son previsibles por el contexto de su historia, el relato se convierte en una demostración del esfuerzo y la suma de individualidades. Similar a la superación personal de Rudy (1993), Un sueño posible (The Blind Side, 2009) y la aceptación racial en Duelo de Titanes (Remember the Titants, 2000), el filme subraya también, de manera convencional, la inspiración surgida de aquellos individuos señalados como “perdedores” que logran el triunfo personal por encima de los obstáculos y de los fracasos.
Sin reinventar hazañas de futbol americano y con una aproximación clásica, Espíritu de Lucha, entre crecimiento deportivo y colapsos emocionales, no saca suficiente provecho del contexto histórico en el que se desarrolla. No obstante, es una amistosa perspectiva del trabajo en equipo y la esperanza sin importar los lazos de sangre ni la procedencia familiar.
Por Mariana Fernández (@mariana_ferfab)
